No alcanza sólo con la destreza del cirujano sino que el profesional debe tener un sano juicio sobre la estética.
La ‘gracia’ estética que cada persona posee es algo ‘inoperable’ pero es parte fundamental de los buenos resultados que se puedan alcanzar.
No existen secretos en cuanto a la técnica. El secreto está en qué conceptos o criterios decide aplicar el profesional.
El profesional debe ser, sine qua non, especialista en la cirugía plástica.
Es fundamental que el paciente exprese lo más exactamente posible qué es lo que busca.
Los períodos de recuperación del paciente son cortos, por lo que no se verá afectada significativamente su rutina.
La sensibilidad al tacto no se ve afectada más allá del período anestésico.
Los riesgos comunes a cualquier intervención quirúrgica no deben ser tomados en cuenta como un elemento disuasorio por el paciente, siempre y cuando se tenga seguridad de la calidad del procedimiento profesional.
No es cuestión de llevar una foto a la consulta y que el médico copie lo que el paciente quiere.
No hay que verse atraído por los anuncios publicitarios que hablen sobre “técnica innovadora” sin antes consultar a otros profesionales.
Es preferible desconfiar de aquellos que anuncian la cirugía estética, incluyendo el precio, como si fuera una mercadería más. La información es poder.
Los procedimientos poco invasivos, pequeños, no logran grandes efectos.
En principio, no es una buena idea aprovechar unas vacaciones para hacerse una intervención buscando así que “nadie se entere”. Cotejar la calidad de un profesional fuera del país de uno no es tarea fácil, y obviamente hay que tener en cuenta el período de recuperación necesario. Una vez de regreso, le será difícil consultar a un médico que no está cerca.
La liposucción NO remplaza la actividad física aunque, por diversos motivos, la intervención quirúrgica puede ser la única forma de eliminar grasa en ciertas zonas.
La obesidad no se cura con cirugía estética. La grasa tiene ‘memoria’ y se vuelve a acumular en las mismas regiones, por lo que se debe seguir algún tipo de dieta y ejercicio para mantener el resultado deseado en el tiempo.
Los resultados de una cirugía estética, quirúrgica o no, duran generalmente de ocho a diez años.
El LIFTING sí es una cirugía. El ‘lifting sin cirugía’ es un método transitorio que varía su eficacia según la calidad de la piel del paciente.
El estado de flacidez de la piel es un elemento fundamental a tener en cuenta para conocer la evolución posterior a la operación.
Engordar después de una lipo-aspiración NO revienta los puntos de sutura. Los puntos se retiran a la semana.
Los “hilos de oro” no logran los mismos efectos en el estiramiento de la piel que una intervención completa.
No existen las intervenciones rápidas en donde el paciente se vaya en un rato como si hubiera hecho un simple trámite burocrático. Siempre se deben asistir a un quirófano y con presencia de anestesista.
Los implantes mamarios NO afectan la lactancia ya que la glándula mamaria no es modificada ni interrumpida en ningún aspecto.
Los implantes mamarios NO dificultan las mamografías ni aumentan el riesgo de cáncer. Simplemente hay que avisarle al técnico radiólogo sobre tal condición.
Los implantes mamarios NO son la solución a los ‘pechos caídos’. El implante aumenta el volumen, pero la caída se trabaja con otras técnicas.
Las cicatrices (que son mínimas) siempre quedan unan vez que pasa el bisturí. Su evolución dependerá del tipo de piel y capacidad de cicatrización del paciente.
Las arrugas NO es posible eliminarlas completamente.
La cirugía estética no necesariamente le cambiará la vida. Eso es algo que escapa a las capacidades médicas.
